Albergue Ferramenteiro - Portomarín, Lugo

Judith Vico

Un albergue grande con todos los servicios.
Te atienden bien. Las instalaciones son completas para que el peregrino se asee, cubra sus necesidades y pase una noche buena. Limpieza y orden par todo, ya que dando cobijo a 130 personas, hay que mantener un orden. Ellos lo cumplen.
Lo recomiendo, cubrieron todo lo que quería en mi sencillo viaje de peregrinación. Pude descansar bien y la día siguiente amanecer para coger el camino bajando la calle.

Fernando D

130 camas en el mismo salón. literas comunes, incómodas. Sin enchufe individual. Buena zona de lavado y tendido de ropa. Aseos muy pequeños y pocos. Personal muy atento. Nada estrictos con las horas de descanso, mucho ruido

AndroTecno

La verdad es que no me ha gustado mucho. Las habitaciones son enormes, hay 130 camas sin apenas cortinas ni intimidad alguna, aquello parecía un hospital militar, solo les faltó el sonido de una corneta para despertarnos. Los enchufes estaban en las esquinas y eran escasos (en todos lo albergues que he estado había uno por cama), si llego a saber que esto era así no hubiera ido, sin duda hubiera preferido algo más tranquilo. Cómo dato, daban desayunos si los encargabas antes de las 19:00 y la zona común cerraba de forma estricta a las 22:30. Las duchas no podías regular el agua y salía quemando bastante... Es un sitio propenso a que pilles chinches, hay muchas camas, mucha gente junta y poca higiene, de hecho, algunos compañeros se levantaron con múltiples picadas.

También me gustaría mencionar las malas formas de sus empleadas, una chica llegó de mala forma y le dijo a unos vecinos de la cama de al lado que pusieran las sábanas bajeras, que era lo primero que tenían que hacer y que habían apoyado las mochilas sin haberlas puesto y que así podían pillar los colchones chinches y que ellos no estaban para cerrar durante un mes... La verdad es que les lió una que tanto yo como mis amigos nos quedamos flipados. Creo que se lo podría haber dicho con mucha más educación y respeto...

Belén Calvarro Martínez

Es una sala con literas para 130 personas. No hay taquillas para la mochila ni enchufes cercanos a la cama. Hay que cargar los teléfonos tirados en el medio del pasillo.
El trato de las empleadas deja mucho que desear. Las comparaciones son odiosas y en el camino la gente suele ser bastante más simpática que en este albergue.

Lo bueno: la ubicación esta bien, las vistas al rio son bonitas. La zona de lavandería amplia, la cocina igual.

No repetiré.

DANIEL G.A.

El albergue está muy bien, las duchas son numerosas y estaba limpio. Cuenta con amplia zona para tender la ropa. A tener en cuenta, es una gran habitacion con 130 camas, separadas en 3 zonas por cortinas. Lo que no nos gustó, y fue sentimiento compartido, la mala educación de la empleada que a las 21:50 nos echó literalmente de la cocina mientras estábamos cenando porque si o sí a las 22h tenía que quedar aquello vacío. Entiendo que es un albergue donde se va a descansar pero incidir tanto y de malas formas en que a las 22:30 tienes que estar metido en tu cama es algo propio de un internado y no de un albergue. Soy partidario de poner una hora de silencio, pero... mientras estés en las zonas comunes sin molestar al resto... ¿Qué importa que decidas cenar a las 22:15? Tienes que tener en cuenta que ante de las 22 tienes que haber cenado y antes de las 22:30 meterte en la cama o vendrán de malas formas a llamarte la atención. En todos los albergues que he visitado en mis numerosos caminos hay una hora de silencio y a la que se apagan las luces (normalmente a las 23h). Aquí es a partir de las 22h y no se te ocurra tardar más de media hora en meterte a dormir. Una pena ese trato al peregrino.

Maria Dolores Fernandez Medin

La atención del personal muy buena, salvo que reservamos desayuno y cuando fuimos a pedirlo ya no había lo que habíamos reservado, las habitaciones comparables a las de un campo de exterminio, 120 literas separadas por tres cortinas, las duchas con poca agua y los baños con la puerta muy alta, en las literas no había cabezero ni barrotes, si te mueves mucho al dormir mejor dormir abajo, que a lo mejor despiertas en el hospital, las puertas se cerraban a las 22.30 y las luces se encendían a las 8.00, cosa que el horario para cerrar las puertas no es flexible ya que queríamos cenar fuera y ver el pueblo bien y con calma. Parecía una cárcel.

Ana Reyes

Lo mejor del albergue es el servicio, son muy amables y te ayudan en lo que es posible.
Las camas eran confortables.
La zona de lavado era muy grande para poder tender la ropa.
La cocina también estaba bien equipada y ofrecían servicio de desayuno.
También hay que tener en cuenta que las 130 personas duermen en una única habitación. Aunque es algo que a priori incita a más ruidos a la hora de dormir, el ser tantos también ayuda a disipar el ruido jajaja. Lo que no está tan bien es que no hay enchufes cerca.

Creo que lo peor es que, siendo 130 personas en el albergue, solo haya 4 baños y duchas por género. Supongo que es una cuestión de espacio, pero había que hacer bastante cola (especialmente en el de mujeres). También se echaba en falta algún lugar dónde poder dejar la ropa y el neceser para la ducha, ya que el suelo estaba mojado y el espacio era pequeño.

María Manuela Trigueros Vázquez

La habitación está muy bien y muy limpia, el problema es que cuesta 13 euros y se comparte con mucha gente habiendo albergues más baratos que dan habitaciones por grupos. Además éramos pocos y nos podrían haber distribuido más así tenemos mas privacidad, en vez de ponernos a todos juntos
El servicio de por la mañana deplorable, había dos trabajadoras que eran antipáticas y la trabajadora de tarde muy amable.
En definitiva no lo recomiendo sobre todo por el servicio y privacidad.